La audiencia cambió, la TV ¿también?

Las planillas diarias de rating, las tendencias en redes y los comentarios a favor y en contra, nos están diciendo algo.

Desde hace varios años venimos analizando y viendo cómo los números del rating, tema aparte para discutir, vienen en picada en la pantalla chica. Sin embargo hay producciones que sostienen un nivel de audiencia importante.

Pensar la televisión hoy, es muy diferente a lo que se hacía años atrás. Tampoco es necesario viajar a la década del 90, sino pensar en cambios grandes que fueron desarrollándose en los últimos cinco años aproximadamente.

No podemos echar toda la culpa a las plataformas digitales ni a las propuestas en el servicio de cable para justificar el bajo nivel de audiencia de los canales de aire. Por supuesto que tienen mucho que ver, pero no toda la responsabilidad.

Los hábitos de consumo también hacen su aporte, ya que fueron modificándose abruptamente, y hoy entre el televidente y el televisor existen varios dispositivos al medio, captando parte de esa atención que antes era exclusivamente de la TV.

Pero vayamos al punto que quiero destacar. No sólo cambió la forma del consumo y se ampliaron las propuestas para «ver algo», sino que además el televidente ya no es el mismo.

Los cambios sociales no son ajenos a las costumbres diarias de las personas. Los avances sobre temas que formaban parte de una minoría y la inclusión de valores y respetos hacen que todo se transforme. Ya no da lo mismo un humor que era exitoso hace diez años o la exposición de la vida privada de las personas que parecían el gran atractivo de un ciclo televisivo.

Algo tan pequeño (y a la vez tan grande) como una palabra, un chiste, un gesto, o un formato de programa ya no tiene la misma recepción de antes. La democratización de las comunicaciones, la enorme oportunidad que tiene el usuario de poder expresar lo que ve y siente al ver algo, queda reflejado en las redes y permite entender los números flacos de algunas producciones.

El aislamiento, la cuarentena extensa y todo lo que eso implica, también marcó nuevos rumbos para la pantalla chica. Pareciera que la audiencia busca entretenerse pero a la vez sentirse identificada.

Programas de cocina, de juegos, ficciones (extranjeras a la espera de nacionales), ciclos de entrevistas y debate, hoy encuentran un éxito que no necesita del escándalo y el griterío.

Si creemos que la audiencia cambió, nos preguntamos ¿la televisión también?… quizás una parte si.

1 thought on “La audiencia cambió, la TV ¿también?

  1. No ocurre lo mismo en Brasil, por ejemplo. Un dato curioso lo demuestra: la mayor consumidora de clavos es «Globo», para poder construir las mega escenografías de su centro de producción en Río. Los canales de aire allí, tienen contenido de calidad y su público se los reconoce.
    Paises como Brasil, tienen a la televisión como una industria.

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